jueves, 24 de julio de 2008

HERMANN HESSE

UN SUEÑO
Salones que cruzamos con timidez,
un centenar de rostros que desconocemos...
Con lentitud, una tras otra,

las luces palidecen.
Allí cuando su brillo se hace gris
cuando se ciega con el atardecer,

un rostro me parece familiar,
la memoria del amor encuentra conocidos
los rostros
que antes fueron extraños.
Oigo nombres de padres, hermanos, camaradas,
así como de héroes, de mujeres, poetas

que yo reverencié cuando muchacho.


Pero ninguno de ellos
me concede siquiera una mirada.

Como las llamas de una vela
se desvanecen en la nada

dejan en el entristecido corazón

sonidos de poemas olvidados,

oscuridad, lamentos
en torno de los días
ya encauzados
en leyenda y en sueño
de una luz disfrutada alguna vez.


Versión de Andrés Holguín

2 comentarios:

Berúthiel dijo...

A veces creo que me lees la mente...

Selerkála dijo...

blutuzzzzzzz!

Avanyárima: "lo que no debe ser contado".
¿O sí?
Este es mi blog poético, en el que doy libertad creativa a mi mente en una orgía de ensoñación, catársis e imaginación a partes iguales.

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