miércoles, 23 de febrero de 2022

Puertas.

Hay momentos de la vida en los que nos encontramos una puerta. Puede ser una deslumbrante, que jamás hayamos visto, o una que siempre estuvo ahí pero nunca nos habíamos parado a mirar de verdad.
Sea como sea, nos preguntamos qué hay al otro lado. 

Y está en nuestra mano si elegimos cruzarla o cambiar de dirección.
A veces andamos tan perdidos que aunque el lugar que vemos al mirar por el ojo de la cerradura nos parece cálido y acogedor, estamos tan agarrotados por el miedo a quedarnos encerrados que buscamos otro caminos, quizá más sencillos en apariencia, pero sin duda más vacíos. 
Y aunque la puerta pueda parecer eterna, no lo es. Las cerraduras han de abrirse con la llave adecuada en el momento preciso. Forzarlas fuera de ese tiempo sólo servirá para que el mecanismo se rompa, y la calidez del interior desaparezca lentamente sin darnos tiempo a reaccionar.
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📸 @giselevni
📸🎨 & model @selerkaladeogg

miércoles, 2 de febrero de 2022

Alas.

Yo ya no sé si esto se trata de reconstruir unas alas rotas o de arrancarlas de raíz para dar paso a otras que puedan crecer algún día.
Quizá no tenga nada que ver con mis alas, sino con el miedo a volar.
Porque una vez volé alto, volé libre. 
Me desprendí de los pesos que me anclaban al suelo, me quité la coraza con la que había ocultado mi corazón a los rayos del sol y volé, volé alto, tanto como pude...
Y se me quebraron las alas con un crujido tan fuerte que cuando lo recuerdo lo escucho nítido a través del tiempo. 
Caí en picado y sin remedio. 
Caí y golpeé fuerte el suelo con mi corazón desprotegido porque cuando ascendía confié en que ese viento jamás me haría daño.
Y ahora aquí, aún con las cicatrices visibles en mis alas, las marcas en mis huesos rotos, hay días de lluvia en los que noto ese dolor y dudo si seré capaz de sanar del todo, de curarme de ese miedo a volar otra vez.
De si hay ahí fuera un viento capaz de sostenerme; de si podré ser libre y sonreír en los cielos. 
O quizá mi vida está sólo en esta tierra marcada con mis huellas que buscan un camino.

Ya no sé si se trata de las alas o de mis pies.
Lo que sí sé es que necesito seguir creyendo que ahí adelante hay algo más para mí.





Si escuchas 🎼 Nuvole bianche mientras lees, te ayudará a conectarte con el texto. 
Avanyárima: "lo que no debe ser contado".
¿O sí?
Este es mi blog poético, en el que doy libertad creativa a mi mente en una orgía de ensoñación, catársis e imaginación a partes iguales.

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