viernes, 30 de noviembre de 2018

29 de noviembre y una canción

Y entonces vuelve una canción que te remueve los pordentros. Estrangula tus entrañas y te desboca el pulso.

Escuchas esa melodía que un día te trajo el destino y que te dibujaba la sonrisa en la cara. Oyes esos acordes que te hacían feliz y que creías poder escuchar eternamente.

Pero ¿Cómo saber que la aguja saltaría del vinilo haciendo ese ruido hiriente y ensordecedor?
La canción se detuvo de repente y te dejó muda cuando tú sólo querías cantar.

Ahora vuelve.  Esa canción que creías haber borrado vuelve a sonar.
Te trae recuerdos. Olores. Sensaciones. Pero ya no hay angustia. Al fin, ya no hay tanto dolor. Ahora hay más melancolía que llanto. Más tranquilidad que desasosiego.
Lo que no debió empezar ya acabó.
La canción ha dejado de sonar, ya pertenece al pasado.
Hubo un tiempo en que su letra fue real, fue una curiosa serendipia.
Pero esa historia se esfumó.
Ahora sólo quedan sus ecos que se van diluyendo en el silencio.

martes, 10 de julio de 2018

Golpe

Me imagino la vida como un bosque espeso lleno de senderos.
A veces caminas de día, a veces de noche.
A veces ves las estrellas y otras muchas se ocultan tras la frondosidad de las ramas.

Una vez, caminando despreocupada, levanté mi vergonzosa barbilla y miré al cielo como hacía tiempo que no hacía.
Saliendo de la cueva en la que me protegí contra el vacío de mi alma, alcé la mano y creí alcanzar ese cielo con los dedos. Vi un brillo infinito, titilante, y besó mis párpados dulcemente consolando mi alma deshubicada.
Pero me caí.
El brillo de las estrellas se alejó de mi vista, y fue lejos a iluminar otros ojos, a titilar sobre otros bosques.
Me caí en la tierra seca rasgándome la piel, triste y áspera recibiéndome sin piedad. Un dolor profundo, silencioso y afilado. Caí a plomo, inerte como nunca antes, mientras veía alejarse la luz.

Ahora me encuentro sola, al fin de pie y reuniendo fuerzas, con los pies firmes en este suelo que es lo único que tengo, intentando decidir si vale la pena volver al camino arbolado que una vez conocí, donde de vez en cuando los rayos de sol se filtraban entre los árboles y me bañaban el cabello, donde a veces oía cantar los ruiseñores mientras bebía gotas de rocío... Allí donde todavía temo a las zarzas que arañaron tan profundamente mis tobillos que aún duelen las cicatrices cuando hay tormenta.


¿Habrá salida de aquel bosque? ¿Llegaré a las praderas claras donde bañarme un día bajo la mayor estrella de todas?
¿O debería dejar el bosque, andar otros caminos, danzar en mi soledad sobre la hierba fresca?

Tengo los pies inquietos pero han olvidado cómo bailar la vida. Quizá necesitan tiempo para saberse dueños de sí mismos, para tener la certeza de que no han de seguir ninguna huella sino dejarla ellos mismos.

Quizá caminar, soñar, brillar... sólo es cuestión de más mover los pies y pensar menos.
Ah...pero... ¿Es posible pensar en no pensar mientras oyes el rumor de las hojas mecidas por el viento?

domingo, 10 de junio de 2018

Quién soy

Cae la lluvia. Lentamente.
Susurra recuerdos, trae aromas a mi mente y fantasmas de los escalofríos que me recorrían la piel cuando me besabas.

Fantasmas...

Dime, ¿Quién soy yo sin ti?
Si me sentí completa a tu lado, ¿Qué soy ahora?
Quizá un eco de mí misma que necesita huir.
Quizá un reflejo de aquello que murió cuando te marchaste.

Quizá...

Llegaste a calarme tan hondo que me perdí en tu mar, y ahora me ahogo sin tu salvavidas.

Me diluyó tu corazón sin miramientos.
Me apartó tu miedo de ti.
Nos arrastró la tormenta de la incertidumbre.

Y dime, ahora, que te veo sonreír, ¿Queda algo de lo que sentiste por mí?

Hay tanto que necesito saber para poder seguir adelante, para lograr alejarme de este agujero negro del pasado, para echar a volar por fin hacia el horizonte...

Hay tantas preguntas, tantos silencios...

¿Qué hice mal? ¿Por qué no me dijiste que te perdía?

Llueve. Mi corazón llueve a través de mis ojos.
Y no hay nada que me duela más que el no saber.

Y sin embargo...
Me sorprendo sonriendo mientras miro una foto tuya que aparece inesperada.
Me encanta verte feliz, vivo, intenso.

Pero hay una sombra cada vez más alargada que espera tras mi nuca, helándome la sangre con su aliento, esperando el momento en el que en esa foto te vea con ella y entonces pueda apuñalar mi corazón definitivamente.
Será entonces cuando esa sombra me empuje al hoyo que yo misma estoy cavando, palada a palada de desazón, y se duerma allí por siempre esta parte de mí que te amó.

¿Quién soy yo sin ti?

Necesito saber...

jueves, 31 de mayo de 2018

Hay demasiadas canciones

Hay demasiados recuerdos enlazados entre las notas de nuestras canciones.
Hay demasiadas imágenes de felicidad, demasiadas respiraciones entrecortadas, demasiados latidos del corazón.
Y duele.
Duele porque lo rompiste.
Duele porque no puedo reprocharte la ausencia...
Y sangra.
En cada nota.
En cada acorde.
Sangra porque no puede parar de recordarte.

Hay demasiadas canciones que son sólo nuestras y que ahora hieren cada vez que las hago sonar.
Ese no fue su propósito.
Eran canciones que nos hicieron soñar y amar, y no llorar y lamentar como hacen ahora.

Hay demasiadas canciones.
No quiero escucharlas con pena.
Estoy cansada de estar triste; quiero volver a bailar.
Hay demasiadas canciones...

miércoles, 9 de mayo de 2018

Tan solo

Tan solo quería que fueses feliz.

Me volvía loca tu carcajada, la sonrisa de tu mirada, la alegría de tus manos acariciando con la palma boca abajo, que es como se hacen las verdaderas caricias...

Tan solo quería  ser feliz.

Volver a mirar el sol sin miedo a quemarme, dar volteretas sobre las hojas secas de los árboles, nadar en las fuentes donde los enamorados tiran sus monedas pidiendo un deseo.

Tan solo quería que fuésemos felices... juntos.

La vida nos pedía a gritos que bailásemos, que quemásemos los miedos mientras nos mirábamos a los ojos.

¡Pero tu hoguera se apaciguó tan rápido! De repente sólo tenía el brillo de una cerilla en medio de una noche clara.

Tu amor por mí, capaz de detener la arena que cae de una burbuja a otra del reloj, acabó diluyéndose a saber por qué, cómo y cuándo... mientras te alejabas en silencio de mí, mientras yo te esperaba con ojos ilusionados sentada en la estación de la esperanza, dejándote un espacio que creí libertad, mientras en realidad habías comprado un billete al olvido y no pensabas volver a mi lado.



Te dejé respirar, y lo hiciste, ya lo creo que lo hiciste. Respiraste tan profundo que, embriagado, olvidaste todas las palabras que sacaste de tu corazón para regalarme, todas las caricias, todos los besos y miradas... Respiraste tan fuerte que llegaste al perfume de otro cuello, refugiándote en otro abrazo.

Yo, como una imbécil, apoyé disciplinadamente mi cabeza bajo tu guillotina. Sonriendo, esperaba mientras el destino afilaba la hoja plateada con la que iba a teñir de lágrimas nuestra historia.

Tan apenas pude saborear esas mieles que prometen los cuentos de finales felices; pronto ya no me pertenecían. Las llevaste lejos de mí, cómodamente cerca de ti, para ofrecerlas a otros labios.

Que os aproveche.

Voy a diluir aquello que construí en mi interior en torno a ti, a nosotros.
Voy a romper las cadenas que me atan a tu recuerdo.
Voy a descoserme estas sombras que me pesan...
Y volveré a brillar, vaya que si lo haré.
Y entonces ya nada me podrá parar. Ni tú, ni nadie.


lunes, 23 de abril de 2018

Aunque me duelas.

Nos enamoramos en la primera caricia.
Nos dijimos te quiero al cuarto beso.
Parábamos el reloj cada vez que uníamos nuestros cuerpos.
Acariciábamos la vida, y bebíamos de la fuente de las sonrisas mientras se escribía en el aire, amarilla, nuestra serendipia. 

Pero de repente tu veleta giró.
Olvidaste todas las palabras que me susurraste.
Pasaste de desearme a no querer perder mi amistad.
Y de querer saber de mí a no importarte nada mío. 

Silencio al otro lado del teléfono.
Oscuridad a otro lado de mis ojos.
Vacío junto a mi corazón.

Nos arrolló la vida y el olvido mientras te alejas de espaldas, sin mirarme...
Y a pesar de todo sigues, aunque me duelas, ardiendo como mi chispa adecuada...

jueves, 19 de abril de 2018

Irusu 居留守

Te escondes tras tu muro impenetrable, tan solo titila una tímida luz a través de tu ventana.
Pero ya no es la llama que me gritaba "¡ven!".
Ahora sólo llega silencio desde tu lado del muro.
Mi voz llamándote sólo alcanza a recibir su propio eco por respuesta.

¿Dónde quedaron tus palabras, tus susurros y caricias?
¿Dónde aquellas emociones, aquellas ilusiones, aquellas ganas?
¿Dónde guardaste nuestra historia, nuestro cariño?

El amor es una planta que necesita luz, necesita que lo cuiden y que lo alimenten.
No se puede guardar en un cajón para sacarlo de paseo un día que estemos aburridos.
Se marchita. Se deshace y vuela llevado por el viento.

Quizá no era amor de verdad; quizá sólo era de plástico. En ese caso, es mejor que deje ya de acudir con mi regadera llena para alimentarlo.

Sin embargo, no puedo estar segura. Me encuentro parada en una encrucijada del camino, y no sé qué dirección tomar: el agua o el desierto.

Michael Cheval - Abril


Háblame. Simplemente háblame. Cuéntame qué hay al otro lado del muro. Dime por qué finges no estar en casa. Dime en qué camino estás y si quieres que te acompañe. Pero rompe el silencio, mírame a los ojos y habla conmigo, porque si no lo haces... pronto no habrá más remedio que abrazar mi petate y me alejarme con pesar y paso ligero.

La vida es demasiado corta como para estar parada esperando algo que no tiene intención de venir...

miércoles, 21 de marzo de 2018

La mitad del tiempo.

"La mitad del tiempo que tengo lo dedico a pensar en ti..."

Lo suaves acordes de guitarra ponen melodía a tus recuerdos en mí.
Aquella mirada de ojos profundos, una sonrisa entre suspiros cuando nuestras frentes se tocaban tras la lenta suavidad de un beso.
El recuerdo de los latidos de tu corazón cuando me quedaba dormida en tu pecho, marca mis horas del reloj con el eco de su tic-tac.

Son ahora imágenes diluidas en el tiempo y sin embargo eternas e imborrables.
No dejo de pensar en lo que me gustaría volver, en lo que mi cuerpo necesita abrazar el tuyo, en cómo echo de menos el sonido de tus carcajadas, el tacto de tus manos, el calor de tus besos y el sabor de tu piel.

¿Cómo hemos llegado a estar tan lejos estando tan cerca?
¿Cómo hemos permitido que nos dominen los miedos y las dudas?
¿Dónde ha quedado el tesón, la valentía y la adrenalina de la aventura?

La mitad del tiempo que tengo la dedico a pensar en aquel momento en que solté el pájaro que se quedó encerrado por error en mi jaula. Nunca pretendí encarcelarlo, pero se le desordenaron las plumas y cayó preso de sí mismo.
Lo dejé marchar, sin atreverme a hacer nada, quedándome quieta mientras lo veía volar.
Pero su recuerdo sigue en mi cabeza, agitando las alas, aferrándose a mí clavando sus garras.
Y no sabe que yo no quiero encierros ni jaulas, sólo quiero volar a su lado, sentir cómo el aire acaricia con sus frescas espirales nuestras alas, cómo recorremos el mundo volando en sincronía.



Y así, pájaro mío, juntos tú y yo al caer la tarde, poder volver a mirar mi reflejo en tus ojos profundos, sintiendo la música de tu pecho mientras me abrazas y no hay nada alrededor, ni tiempo ni ruido. Sólo música. Sólo nuestro tic-tac.

Por eso, "la mitad del tiempo que tengo, la dedico a pensar en ti."




(Texto inspirado por Mäbu y su "Quédate a dormir", en el Día Mundial de la Poesía.)

miércoles, 14 de marzo de 2018

Sueños


El siguiente texto es algo muy especial por ser la primera ve que escribo algo con este fin. Se trata de una petición de un buen amigo mago, para ilustrar la charla previa a un número de magia. Estoy deseando escucharlo en su espectáculo. Gracias por confiar en mí. 



¿Queréis que os cuente un secreto?
Sé cómo conseguir que los sueños se hagan realidad.
No creáis a aquellos que os dicen que hay que confiar en que el universo conspire para realizarlos por ti, ni a los que os dicen que lo que tenga que llegar llegará simplemente si lo deseas.
El universo no está ahí como si fuese una máquina expendedora de sueños.
Solamente tú eres el dueño de tu destino, y si quieres realmente algo, debes desechar el miedo a fracasar y a equivocarte.

Cree en ti, cree en que aquello que tanto deseas puedes conseguirlo.
Si lo haces, podrás ser feliz realizando esa hazaña con la que siempre has soñado, o viajando a ese lugar mágico que obsesiona tus retinas, o viviento mil aventuras con esa persona que añoras...

Imagen cortesía Shutterstock

Deja el miedo atrás...
Coge la vida de la mano, y trabaja. Trabaja duro, porque esa es la manera de hacer que el genio de tu lámpara interior te conceda el deseo de hacer ese sueño realidad, sea el que sea.

Trabajo, tesón, confianza en ti mismo...Y si tropiezas no te rindas. Sigue formándote, sigue aprendiendo, analiza tus errores y corrígelos para ser mejor, para intentarlo de nuevo y no rendirte nunca.

Enfúndate la sonrisa en la cara y vive apasionadamente, al cien por cien, aquello que hagas. No te conformes con medias tintas; tú puedes con lo que haga falta, sólo necesitas creer en ti, en que puedes lograr cualquier meta que te propongas.

Y si aún así la vida te pone tantos obstáculos que necesitas dejarlo estar, piensa que lo más importante es haberte esforzado al máximo para lograr tu sueño, pues nadie pide más a quien lo ha dado todo.
Además, ¿a caso tienes el mismo sueño todas las noches? ¡Qué va! Entonces inténtalo de nuevo, con nuevas pasiones y nuevos retos. Enorgullécete de ser capaz de levantarte tras la caída y seguir caminando.

Cabeza alta y pasito a paso, llegarás a cumplir tus sueños. Casi con total seguridad si sigues mis consejos, lograrás triunfar en aquello que te propongas.

Eso es lo que hizo mi hermano: luchó por la ilusión que le iluminaba la mirada cada día, y se forma sin descanso para seguir viviendo su sueño hecho realidad: ser el mejor mago de su especialidad. Gracias a ese esfuerzo, ha logrado el primer premio del Memorial Pepe Carroll de Zaragoza en la primera ocasión en la que se presentaba a un concurso. ¿Increíble, verdad?

Pues tú también puedes lograr metas así, solamente tienes que creer en tí, y mirar a tus sueños a los ojos, sin miedo, con la confianza de que algún día serán tuyos.

martes, 6 de marzo de 2018

La vida no es una maldita peli Disney.

La vida no es una maldita peli Disney en la que todo acaba bien porque era tu destino...
Está llena de dolor, desilusión y decepción.
De momentos en los que te arrancarías con gusto el corazón para que deje de doler.
De palabras que mienten. De te quieros que te derriten un lunes y silencios que llegan el domingo para ahogarte en la soledad. 


El universo no conspira una mierda para que te llegue tu amor verdadero. No le importas.
Y si tienes la suerte de encontrarlo, quizá no tenga tiempo ni para pensar en ti. ¿Le hace eso, entonces, dejar de ser tu amor verdadero?
Probablemente.
Lo que está claro es que esto no es de color de rosa.
Y sí, habrá días en los que todo sean sonrisas y bajarás la guardia, y dejarás bailar a tu corazón quitándose la capa de hielo que lo protegía, y lo dejarás latir fuerte, rojo y caliente.
Pero justo en ese momento en el que las campanillas de felicidad sean tu música diaria, recibirás la puñalada de la indiferencia.
Te dejaste llevar, ofreciste tus manos abiertas, y recibiste lo que este mundo mejor sabe hacer: herir.
Olvido. Egoísmo. Mentiras.
Intenta ahora quitarte esa sensación de derrota y vergüenza pegada a ti como un chicle en el pelo.
Inténtalo.
Y si lo consigues, por favor, dime cómo.

miércoles, 28 de febrero de 2018

Se nos escapa la arena...

Se nos pasa la vida sin hacer ruido, como granos de arena resvalando entre nuestros dedos.  Momentos fugaces que no podemos atrapar ni conservar, sólo vivir y recordar.
Se nos escapa la arena del reloj de la Vida y no podemos hacer nada para evitarlo. Miramos atrás con los ojos de la memoria, imaginamos cómo habría sido si aquello que cambió nuestro camino hubiese sido distinto.
O si hubiésemos hecho esto...o lo otro.
Si hubiésemos llegado antes o marchado más tarde.
Si hubiésemos estado o nunca existido.
Si...
Se nos desliza el reloj de la mano para recordarnos que en realidad no nos pertenece. Que somos sólo un recipiente lleno de arena, lleno de memorias, deseos, besos y personas. Que somos nosotros pero también somos ellos. Somos también lo que nos rodea.
Que andamos solos nuestro Camino, pues a solas hemos de traspasar la Última Puerta.
Pero durante nuestra andadura, vamos llenando el petate de odios y amores,  de ilusiones y llantos, de alegrías y enfados. De aquellos que quisimos y nos amaron; pero también de los que nos decepcionaron.
Llevamos un libro lleno de cicatrices, donde prensamos flores perfumadas que no queremos olvidar, y donde anotamos los agravios que deseamos extraviar.
Se nos escapa la vida;
Se nos vacía el reloj;
Y, sin embargo, aunque cada vez somos más pobres en Tiempo, somos más ricos en Verdad.


(Publicado originalmente AQUÍ)

domingo, 11 de febrero de 2018

Tic-tac

Constantemente echamos la culpa de todo a tiempo: cuando gozamos porque corre, cuando sufrimos porque camina lento.
Le echamos la culpa de escurrirse entre nuestros dedos como arena fina, de escapar sin mirar atrás.
Le echamos la culpa de estancarnos, oprimirnos, de ahogarnos.

Pero...
¿Y si el tiempo no existe? ¿Y si somos nosotros los que hacemos tic-tac?
Nuestros besos, nuestras caricias, nuestros gritos desgarradores y nuestras lágrimas.
¿Qué pasa si el reloj no se llena de horas, sino de las miradas que regalamos, los silencios que llenamos con susurros, los aromas que se quedan grabados para siempre?

Nos empeñamos en perseguir unas saetas que queremos dominar, pero no podemos, jamás lo haremos, porque ese inalcanzable futuro es ahora. No hay mañana, sólo tú, aquí, presente. Y es en este momento cuando debes elegir cómo lo quieres vivir: deseando un quizá, o viviendo un ahora.

sábado, 3 de febrero de 2018

Vacío.

Niña estúpida y sonriente. Ahora tienes lo que mereces.
Tú y esa manía tuya de darte entera, de darlo todo. De regalarte y no dejarte nada para ti.
Niña ingenua, ahora tienes las lágrimas que te mereces.
Por confiar, por creer que ya era hora, que era momento de ser feliz.
Sólo tenías que mantener congelado el corazón, no dejar que se acercase al fuego. Pero eres imprudente y lo acercaste tanto que no sólo se derritió, sino que ha acabado envuelto en llamas.
No quieras recoger sus cenizas, es inútil.
Quizá puedas reconstruirlo, pero sabes bien que no servirá de nada. Esas cicatrices profundas no las borran las llamas.
No, no disimules las lágrimas. Eso es lo único que sabes hacer. Lamentarte y echar de menos. Sentirte culpable por amar. Soñar que quizá mañana podrías haber sido feliz.
Ah, niña ingenua...
Todo lo que tienes es el ahora. Y no hay nada en él. Estás sola en este vacío.
"Eres maravillosa" escuchas susurrar...pero sigues durmiendo en una cama gigante.
"Eres todo lo que mi mujer perfecta tendría"... pero sigues abrazando aire.
Así que, niña tonta, sigue llorando si quieres, sigue barriendo tus cenizas, pero algún día te darás cuenta de que tú, solamente tú estás para ti. Te guste o no. Tendrás que aguantarte el resto de tu vida, siendo igual de estúpida que ahora, o quizá...con un poco de suerte... empieces a aprender algo.

sábado, 27 de enero de 2018

Y sigo...

A aquí sigo...

Escuchando una y otra vez esa canción que me transporta al olor de tu cuello, al suave balanceo de tu abrazo. Que me lleva en volandas hasta tu cálido regazo en el que me acurrucaba por la noche.

Y aquí sigo...

Durmiendo en mi lado de una cama vacía que se me antoja inmensa.
Sintiéndome culpable por sentir como siento, por desear sueños imposibles, culpable por llorar al echarte de menos.

Y yo sólo quiero notar tus latidos otra vez, acariciarte el pelo, cogerte de la mano y mirarte a los ojos.

Y aquí sigo...

Con los pies fríos y el corazón aletargado, mirando un horizonte nublado que impide que los rayos de sol besen mi frente.


jueves, 11 de enero de 2018

Vuelve a caer la arena.

Creemos imposible detener el tiempo.
La locura de esta vida rápida, inmediata, frenética parece no cesar nunca, engullir nuestra energía en su torbellino, y hacernos desaparecer.

Creemos importante detener el tiempo.
Y a veces lo logramos: a través de ese beso, con esa caricia de una mano de nos mima la espalda, dentro de esa mirada que nos sonríe...

Creemos necesario que el tiempo se detenga.
Para recordarnos que respirar ese cuello nos da la vida. Que dejar fluir una carcajada, caminar bajo la lluvia o beber una cerveza fría nos hace sentirnos vivos. Vivos aquí, y ahora. Y fuera no hay nada más. No necesitamos nada más. No ahora.


Creemos que podemos manejar el tiempo.
Pero quizá es sólo una ilusión ahora...
Hoy, la arena vuelve a derramarse. El polvo del camino se levanta distinto para cada uno.


Sin embargo, en medio de todo ese ruido de la ciudad, de esa solitaria multitud que nos acecha... Cruzo los dedos para que no dejen de sonar junto a mí las campanillas de las hadas mensajeras. 
Avanyárima: "lo que no debe ser contado".
¿O sí?
Este es mi blog poético, en el que doy libertad creativa a mi mente en una orgía de ensoñación, catársis e imaginación a partes iguales.

Todos los AVANYARIMA son:

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