miércoles, 28 de febrero de 2018

Se nos escapa la arena...

Se nos pasa la vida sin hacer ruido, como granos de arena resvalando entre nuestros dedos.  Momentos fugaces que no podemos atrapar ni conservar, sólo vivir y recordar.
Se nos escapa la arena del reloj de la Vida y no podemos hacer nada para evitarlo. Miramos atrás con los ojos de la memoria, imaginamos cómo habría sido si aquello que cambió nuestro camino hubiese sido distinto.
O si hubiésemos hecho esto...o lo otro.
Si hubiésemos llegado antes o marchado más tarde.
Si hubiésemos estado o nunca existido.
Si...
Se nos desliza el reloj de la mano para recordarnos que en realidad no nos pertenece. Que somos sólo un recipiente lleno de arena, lleno de memorias, deseos, besos y personas. Que somos nosotros pero también somos ellos. Somos también lo que nos rodea.
Que andamos solos nuestro Camino, pues a solas hemos de traspasar la Última Puerta.
Pero durante nuestra andadura, vamos llenando el petate de odios y amores,  de ilusiones y llantos, de alegrías y enfados. De aquellos que quisimos y nos amaron; pero también de los que nos decepcionaron.
Llevamos un libro lleno de cicatrices, donde prensamos flores perfumadas que no queremos olvidar, y donde anotamos los agravios que deseamos extraviar.
Se nos escapa la vida;
Se nos vacía el reloj;
Y, sin embargo, aunque cada vez somos más pobres en Tiempo, somos más ricos en Verdad.


(Publicado originalmente AQUÍ)

domingo, 11 de febrero de 2018

Tic-tac

Constantemente echamos la culpa de todo a tiempo: cuando gozamos porque corre, cuando sufrimos porque camina lento.
Le echamos la culpa de escurrirse entre nuestros dedos como arena fina, de escapar sin mirar atrás.
Le echamos la culpa de estancarnos, oprimirnos, de ahogarnos.

Pero...
¿Y si el tiempo no existe? ¿Y si somos nosotros los que hacemos tic-tac?
Nuestros besos, nuestras caricias, nuestros gritos desgarradores y nuestras lágrimas.
¿Qué pasa si el reloj no se llena de horas, sino de las miradas que regalamos, los silencios que llenamos con susurros, los aromas que se quedan grabados para siempre?

Nos empeñamos en perseguir unas saetas que queremos dominar, pero no podemos, jamás lo haremos, porque ese inalcanzable futuro es ahora. No hay mañana, sólo tú, aquí, presente. Y es en este momento cuando debes elegir cómo lo quieres vivir: deseando un quizá, o viviendo un ahora.

sábado, 3 de febrero de 2018

Vacío.

Niña estúpida y sonriente. Ahora tienes lo que mereces.
Tú y esa manía tuya de darte entera, de darlo todo. De regalarte y no dejarte nada para ti.
Niña ingenua, ahora tienes las lágrimas que te mereces.
Por confiar, por creer que ya era hora, que era momento de ser feliz.
Sólo tenías que mantener congelado el corazón, no dejar que se acercase al fuego. Pero eres imprudente y lo acercaste tanto que no sólo se derritió, sino que ha acabado envuelto en llamas.
No quieras recoger sus cenizas, es inútil.
Quizá puedas reconstruirlo, pero sabes bien que no servirá de nada. Esas cicatrices profundas no las borran las llamas.
No, no disimules las lágrimas. Eso es lo único que sabes hacer. Lamentarte y echar de menos. Sentirte culpable por amar. Soñar que quizá mañana podrías haber sido feliz.
Ah, niña ingenua...
Todo lo que tienes es el ahora. Y no hay nada en él. Estás sola en este vacío.
"Eres maravillosa" escuchas susurrar...pero sigues durmiendo en una cama gigante.
"Eres todo lo que mi mujer perfecta tendría"... pero sigues abrazando aire.
Así que, niña tonta, sigue llorando si quieres, sigue barriendo tus cenizas, pero algún día te darás cuenta de que tú, solamente tú estás para ti. Te guste o no. Tendrás que aguantarte el resto de tu vida, siendo igual de estúpida que ahora, o quizá...con un poco de suerte... empieces a aprender algo.

Avanyárima: "lo que no debe ser contado".
¿O sí?
Este es mi blog poético, en el que doy libertad creativa a mi mente en una orgía de ensoñación, catársis e imaginación a partes iguales.

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