viernes, 1 de abril de 2022

Sentir que no siento.

 Sentir que no siento nada y al mismo tiempo que lo siento todo.

Hay acontecimientos cotidianos que deberían emocionarme, ponerme los nervios a flor de piel, sacarme de dentro abrazos, carcajadas y lágrimas... Pero pasan de puntillas sobre mis emociones, silenciosos como un ladrón de guante blanco que roba diamantes en mitad de la noche, sin dejar rastro.

No soy capaz de sentir cuando cuando quiero hacerlo, como si hubiese una presa en el río de las emociones que las impidiese fluir.

Ay, pero cuando esa presa se deshace, cuando vuelve a brotar el torrente... las sensaciones me abruman de tal manera que no soy capaz de controlarme. Rio de felicidad hasta llorar, o lloro de pena hasta quedarme dormida. 

Por eso tengo tan en cuenta todos los momentos que me hacen sentirme viva, porque realmente sé que son especiales si consiguen hacerme sentir algo; sin oprimir ni obligar, sin abrumar, con cariño, con delicadeza. 

Cuando una sonrisa sincera me hace que la refleje en mi cara, cuando una mirada cómplice me saca un brillo en mis ojos, o cuando un abrazo hace que no quiera soltarme nunca. 

Pero son tan éfimeros esos instantes. 

Sentir que no siento nada... sentir que cada vez siento menos. 

Y al mismo tiempo todo a mi alrededor me abruma, me agobia y solo quiero escapar, dejar todo atrás y empezar de cero. De cero real. 

Cada vez soy más témpano de hielo. Yo, que otrora fui fuego ahora noto cómo se va congelando mi corazón, cómo la presa de mi río se cierra cada vez más. Cómo todo se detiene todo dentro de mí mientras me atropella la vida sin miramientos. 

miércoles, 23 de febrero de 2022

Puertas.

Hay momentos de la vida en los que nos encontramos una puerta. Puede ser una deslumbrante, que jamás hayamos visto, o una que siempre estuvo ahí pero nunca nos habíamos parado a mirar de verdad.
Sea como sea, nos preguntamos qué hay al otro lado. 

Y está en nuestra mano si elegimos cruzarla o cambiar de dirección.
A veces andamos tan perdidos que aunque el lugar que vemos al mirar por el ojo de la cerradura nos parece cálido y acogedor, estamos tan agarrotados por el miedo a quedarnos encerrados que buscamos otro caminos, quizá más sencillos en apariencia, pero sin duda más vacíos. 
Y aunque la puerta pueda parecer eterna, no lo es. Las cerraduras han de abrirse con la llave adecuada en el momento preciso. Forzarlas fuera de ese tiempo sólo servirá para que el mecanismo se rompa, y la calidez del interior desaparezca lentamente sin darnos tiempo a reaccionar.
_____
📸 @giselevni
📸🎨 & model @selerkaladeogg

miércoles, 2 de febrero de 2022

Alas.

Yo ya no sé si esto se trata de reconstruir unas alas rotas o de arrancarlas de raíz para dar paso a otras que puedan crecer algún día.
Quizá no tenga nada que ver con mis alas, sino con el miedo a volar.
Porque una vez volé alto, volé libre. 
Me desprendí de los pesos que me anclaban al suelo, me quité la coraza con la que había ocultado mi corazón a los rayos del sol y volé, volé alto, tanto como pude...
Y se me quebraron las alas con un crujido tan fuerte que cuando lo recuerdo lo escucho nítido a través del tiempo. 
Caí en picado y sin remedio. 
Caí y golpeé fuerte el suelo con mi corazón desprotegido porque cuando ascendía confié en que ese viento jamás me haría daño.
Y ahora aquí, aún con las cicatrices visibles en mis alas, las marcas en mis huesos rotos, hay días de lluvia en los que noto ese dolor y dudo si seré capaz de sanar del todo, de curarme de ese miedo a volar otra vez.
De si hay ahí fuera un viento capaz de sostenerme; de si podré ser libre y sonreír en los cielos. 
O quizá mi vida está sólo en esta tierra marcada con mis huellas que buscan un camino.

Ya no sé si se trata de las alas o de mis pies.
Lo que sí sé es que necesito seguir creyendo que ahí adelante hay algo más para mí.





Si escuchas 🎼 Nuvole bianche mientras lees, te ayudará a conectarte con el texto. 
Avanyárima: "lo que no debe ser contado".
¿O sí?
Este es mi blog poético, en el que doy libertad creativa a mi mente en una orgía de ensoñación, catársis e imaginación a partes iguales.

Todos los AVANYARIMA son:

Licencia de Creative Commons Este blog está bajo una licencia de Creative Commons.