martes, 1 de septiembre de 2009

Tu muro.


Siento que hay algo que no me deja llegar a ti.
Una barrera invisible que tú refuerzas cada día para impedirme llegar a tocar tu corazón.
Mis sentimientos alargan manos temblorosas en busca de las tuyas, al otro lado de un muro.
Alcanzan lo justo para sobrepasarlo, para rozar las yemas de tus dedos....Pero entrelazar tus manos y las mías, fundirnos en un abrazo alma con alma...Es imposible. Aquello que nos separa es más fuerte que yo. Y tú quieres que así sea.
Noto que no puedo derribarlo, haga lo que haga, diga lo que diga, esa oscura fortificación sigue ahí, inmaculada, regia. Como una muralla de misterio en torno a un tesoro que temes que sea arrebatado.

Lo que no puedes entender es que yo no quiero robarte nada, sólo quiero darte, compartir lo que tengo. Pero cada vez, aunque me duela, voy viendo que no lo quieres. No deseas compartir, ni que te de nada que tu no pidas.
Siento que estoy atrapada, que me debato entre lo que sé que debo hacer y lo que quiero hacer.
Conozco las consecuencias de ambos actos. En los dos se acaba con sufrimiento. Uno me proporciona un placebo hasta ese final, el otro, la cruda, dura y áspera soledad y melancolía.

Cada vez que creo que me acerco, me pierdo.
Cuando decido abrirte mi corazón, surge algo que me hace volver a callar. Llevo esperando el momento de decirte lo que siento mucho tiempo. Pero nunca será buen momento, porque tú no quieres oírlo. Y yo no puedo decirlo sabiendo que sólo contestarás con un silencio.

Necesito salir de la cárcel que me estoy contruyendo. Un limbo en el que nada avanza, todo está en un punto maravilloso en el que vibran los momentos felices a tu lado, sin preocuparme por el mañana... Pero esa irrealidad no durará eternamente. No paras de recordármelo. Y me angustia saber que hay una decisión que debo tomar, en la cual no quiero ni pensar.


Estoy atrapada en la cárcel más dulce que jamás prodría imaginar. Me reconforta, revive...
Una cárcel llena de besos, caricias, susurros, sudor apasionado, risas, complicidad, amistad...
Pero...¿y Amor?
¿Será eso una utopía?

1 comentario:

Ardaleth dijo...

Por supuesto, la elección es tuya... pero a mi modo de ver, una cárcel de oro sigue siendo una cárcel.

¿Nos veremos hoy?

Miphil apañera!

Avanyárima: "lo que no debe ser contado".
¿O sí?
Este es mi blog poético, en el que doy libertad creativa a mi mente en una orgía de ensoñación, catársis e imaginación a partes iguales.

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