sábado, 3 de febrero de 2018

Vacío.

Niña estúpida y sonriente. Ahora tienes lo que mereces.
Tú y esa manía tuya de darte entera, de darlo todo. De regalarte y no dejarte nada para ti.
Niña ingenua, ahora tienes las lágrimas que te mereces.
Por confiar, por creer que ya era hora, que era momento de ser feliz.
Sólo tenías que mantener congelado el corazón, no dejar que se acercase al fuego. Pero eres imprudente y lo acercaste tanto que no sólo se derritió, sino que ha acabado envuelto en llamas.
No quieras recoger sus cenizas, es inútil.
Quizá puedas reconstruirlo, pero sabes bien que no servirá de nada. Esas cicatrices profundas no las borran las llamas.
No, no disimules las lágrimas. Eso es lo único que sabes hacer. Lamentarte y echar de menos. Sentirte culpable por amar. Soñar que quizá mañana podrías haber sido feliz.
Ah, niña ingenua...
Todo lo que tienes es el ahora. Y no hay nada en él. Estás sola en este vacío.
"Eres maravillosa" escuchas susurrar...pero sigues durmiendo en una cama gigante.
"Eres todo lo que mi mujer perfecta tendría"... pero sigues abrazando aire.
Así que, niña tonta, sigue llorando si quieres, sigue barriendo tus cenizas, pero algún día te darás cuenta de que tú, solamente tú estás para ti. Te guste o no. Tendrás que aguantarte el resto de tu vida, siendo igual de estúpida que ahora, o quizá...con un poco de suerte... empieces a aprender algo.

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Avanyárima: "lo que no debe ser contado".
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