Suspiro...
Porque no hay nada que en este momento pueda expresar mejor lo que siento. Suspiro. Y lo hago por ti.
Por ese calor que desprendes al abrazarme, por el olor dulce de tu cuello en mitad de la noche, por las caricias en la espalda que escalofrían la piel, por esa risa pícara que revoluciona mi estómago, por esos labios que me hunden en la miel.
Suspiro...
Pienso en esa sensación que tengo al estar a tu lado. Madura, profunda, real. Y sonrío.
Por tenerte ahí, frente a mí, al fin alcanzable, al fin abierto a mis caricias, a mis besos, a los latidos inquietos de mi corazón, a esos mimos que mis manos ansían darte, y que mi cara refleja sin poderlo disimular.
Suspiro...
Pues al fin te tengo, me tienes. Nos tenemos.
Porque no hay nada que en este momento pueda expresar mejor lo que siento. Suspiro. Y lo hago por ti.
Por ese calor que desprendes al abrazarme, por el olor dulce de tu cuello en mitad de la noche, por las caricias en la espalda que escalofrían la piel, por esa risa pícara que revoluciona mi estómago, por esos labios que me hunden en la miel.
Suspiro...
Pienso en esa sensación que tengo al estar a tu lado. Madura, profunda, real. Y sonrío.
Por tenerte ahí, frente a mí, al fin alcanzable, al fin abierto a mis caricias, a mis besos, a los latidos inquietos de mi corazón, a esos mimos que mis manos ansían darte, y que mi cara refleja sin poderlo disimular.
Suspiro...
Pues al fin te tengo, me tienes. Nos tenemos.
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