Hay demasiados recuerdos enlazados entre las notas de nuestras canciones.
Hay demasiadas imágenes de felicidad, demasiadas respiraciones entrecortadas, demasiados latidos del corazón.
Y duele.
Duele porque lo rompiste.
Duele porque no puedo reprocharte la ausencia...
Y sangra.
En cada nota.
En cada acorde.
Sangra porque no puede parar de recordarte.
Hay demasiadas canciones que son sólo nuestras y que ahora hieren cada vez que las hago sonar.
Ese no fue su propósito.
Eran canciones que nos hicieron soñar y amar, y no llorar y lamentar como hacen ahora.
Hay demasiadas canciones.
No quiero escucharlas con pena.
Estoy cansada de estar triste; quiero volver a bailar.
Hay demasiadas canciones...
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